“Ante el gato que me mira desnudo, ¿tendría yo vergüenza como un animal que no tiene sentido de su desnudez? ¿O al contrario tendría vergüenza como un hombre que conserva el sentido de la desnudez? ¿Quién soy yo entonces? ¿Quién soy? ¿A quién preguntarle sino al otro? ¿Quizás al propio gato?”
El animal que luego estoy si(gui)endo, Jacques Derrida
Hay un gesto cariñoso que he aprendido de Perec, mi gato. Él me restriega su cara contra mi cara. No lo hace con otra parte del cuerpo, tiene que ser la cara. Sabe cuál es su cara, y cuál es mi cara. Creo que es su mayor muestra de amor.
Me descubrí el otro día haciendo ese gesto con mi sobrina Olivia que tiene dos años y creo que nos queremos mucho, yo la quiero mucho, igual que quiero mucho a Perec.
Sentí mucho amor, sentí que ella también sentía cariño y agrado, me di cuenta que era un gesto de Perec, que jamás antes había hecho.
Perec, supongo que cualquier gato, supongo que muchos otros animales, saben algo del amor, del cariño y de las caras, que los humanos adultos desconocemos. Perec me enseña a mostrar cariño y a querer.
Jorge Burón
Un gato en casa es aprendizaje de calma. Son misteriosos y a la vez cercanos cuando te miran fijamente cerrando los párpados lentamente para decirte "te quiero", o amasándote cariñosamente,.
Si frotan su cabecita contra ti hacen que te derritas y su carita en la tuya es lo más. Te entiendo muy bien, son seres especiales